La naturaleza compleja de los aeropuertos significa que los arquitectos tienen que tener en cuenta una variedad de factores operativos críticos para crear un entorno que pueda manejar de manera segura a miles de personas todos los días y, al mismo tiempo, mantenerlo agradable, higiénico y bien organizado.
Especificar el acabado correcto del pavimento es crucial para garantizar que la actividad diaria del aeropuerto esté debidamente respaldada y que el pasajero disfrute de una experiencia de alta calidad. Si su acabado falla, no solo dejará una mala impresión en los pasajeros, sino que también podría exponer al aeropuerto a graves riesgos para la salud y la seguridad.
Un problema de pavimentos en particular que enfrenta la industria de la aviación es el efecto corrosivo del fluido hidráulico de aviación Skydrol. Flowcoat SK ha sido formulado específicamente para resistir la exposición prolongada a esta sustancia.
Las zonas públicas, como la facturación de vuelos y la recogida de equipajes, necesitan pavimentos que funcionen con el esquema de diseño interior para crear un ambiente agradable y acogedor. Los sistemas de terrazo, epoxi y metacrilato de metilo de resina sin costuras son capaces de proporcionar una estética atractiva al tiempo que soportan el gran volumen de tráfico peatonal y rodado. La gama de terrazo Mondéco de Flowcrete, por ejemplo, se ha utilizado en aeropuertos como Dublín, Manchester y Glasgow, mientras que Flowfast Quartz también se ha instalado en algunos de los aeropuertos más grandes del mundo gracias a su capacidad para mantener una superficie decorativa a pesar de un tráfico peatonal sostenido.
Lejos de la línea de visión del público hay una intrincada red de hangares, áreas de restauración, servicios de transporte, aparcamientos de varias plantas, edificios de mantenimiento y más. Cada una de estas áreas necesitará un pavimento adaptado a sus desafíos específicos, que podrían incluir superficies ultrahigiénicas para espacios de preparación de alimentos, la capacidad de resistir productos químicos agresivos o la fuerza para resistir la carga puntual de aparatos y vehículos extremadamente pesados.