En 1982, el inventor británico Peter Gibbins recibió el encargo de un gran y conocido confitero de desarrollar un tipo especial de pavimento que no se erosionara cuando se expusiera a cantidades significativas de azúcar, un problema con el que la empresa mundial de confitería se encontraba con bastante frecuencia.
Su éxito en la creación de una solución de pavimentos de resina que era ideal para soportar los rigurosos desafíos de las instalaciones de fabricación del cliente llevó a la formación de Flowcrete, una empresa que hoy en día puede proporcionar pavimentos para las ubicaciones industriales y comerciales más grandes y complejas del mundo. Esta es nuestra historia...